10 de mayo de 2009

Dönner Kebab

Ayer por la noche que casqué un kebap de esos, o como coño se escriba y hoy mi estómago se está vengando por mi descerebrada osadía. Encima, lo había comprado el viernes (extra de picante y con queso de cabra) y no teniendo huevos en acabármelo se me ocurrió dejarlo en el frigorífico para el día siguiente, ahí, con dos cojones.

Si es que ya no tengo cuerpo para estas cosas, con la caña que le he metido al cuerpo todos estos años, no me extraña que ahora me esté pasando factura y con lo que más lo noto es con lo que cómo y luego, la forma en que lo puedo llegar a digerir. Si fuera solo por el dolor de barriga vale, pero es que encima me estoy tirando unos peos que no son normales y como tengo guardia, estoy en la oficina y al final me van a llamar la atención (de hecho mi encargado creo que ya me mira raro) y para colmo estoy intentando cagar y no puedo y os aseguro que la sensación es horrible. Encima, ya me lo veo venir, que cuando por fin consiga descargar voy a estar escocido una temporada por la temperatura a la que sale el puto líquido de marras. Almenos espero que no pille en la oficina o como mínimo no hacer excesivo ruido, por aquello de no terminar de despejar cualquier duda a los aquí presentes.

Ala, os dejo que me piro a empujar un rato a ver si hay suerte.

P.D. - Cariño, cuando me vuelva a comer un kebab, pégame dos ostias que seguro que me duele bastante menos que hoy la barriga. Ah, y ya de paso me preguntas si soy gilipollas o que, en serio que no me lo tomo a mal.

Pierrot.

1 comentarios:

kyra dijo...

Yo ya paso de reñirte que tienes 31 takos ya macho....eso si luego sufro todas tus ventosidades putrefactas..puaj